Spanish History X

(si, hui m’ha eixit en castellà!)

Elecciones, que no erecciones, aunque a alguno se la ponga dura esto de repetir comicios, ya se ha certificado el fin de la corta XI Legislatura, la “mochila” acumulada en los últimos cinco meses amenaza con lastrar la precampaña de los principales partidos. Si, una precampaña que se avecina como una  “gangband” donde la ciudadanía se ponga en medio esperando a que los partidos políticos, los de la poltrona, les tiren, disparen, “eyaculen” sus nuevas propuestas, ¿nuevas?, de cara a poder gobernar este estado tan nuestro, tan vuestro.

Si hacemos a un repaso a los candidatos, suponemos que serán los anteriores o ¿habrá primarias?, comenzamos, Mariano Rajoy que se ha negado por activa y por pasiva (no penseu mal!) a proponerse como candidato a la investidura o Pdr Sánchez, el Ken de los candidatos el Rocco Siffredi por su aguante a la hora de buscar, buscar, buscar como poder ser investido. Albert Rivera el nuevo, o eso era antes, Alvaro Vitali catalán interpretando su propio Satiricón de Fellini y Pablo Iglesias, el Steven Seagal amb careta que ha passat de ser The Patriot a navegar per Les Entranyes de la Béstia. Dentro de esta “orgia” o bakanal romana, también hay sitio para los “voyeurs” que ya no les son suficientes los “peep shows” y cimbel en mano quiere dar el siguiente paso. El teen Garzón, entrañable para las “mature”, el “mature” Baldoví entrañable para las “grandma” y/o viceversa. Eso si, hay algunas que se han borrado como la UPyD de la MILF (para algunos) Rosa Díez y su “mamporrero” Herzog.

Ahora sí, ¿podríamos analizar la política como un “calentón”?. El sexólogo y psiquiatra, Miguel Ángel Suárez se refirió a algunas de las mentiras que normalmente se observan, en las películas porno que se podrían aplicar por ejemplo que cómo en el porno una mirada desemboca rápidamente en la genitalidad sin pasar por los besos, caricias, sin ningún tipo de juego previo y  señala que para llevar a cabo cualquier relación sexual, política, son necesarios algunos “condimentos” que “calienten” el momento.

El problema de la política igual que en una película porno es que no siempre al final se casan.